El sábado realizamos la caminata al cerro Bella Vista. Si bien las vistas son magníficas, quiero rescatar y comapartir otros sucesos, por ejemplo:
1) El grupo genial (salvo cuando no percibimos la ausencia de Daniel quien tuvo que trepar varios metros corriendo para alcanzarnos). Pero ese inconveniente nos sirvió para discutir estrategias cómo debemos comportarnos en otras salidas. ¡¡¡Siempre se aprende de cada situación!!!. ¡¡¡Perdón Daniel!!!, no te abandonaremos más.
2) Durante la caminata, cada uno de los participantes aportaba algo de lo que sabía (AVES DE BOSQUE por supuesto, nombres de los cerros, características de las picadas, nombres de plantas, tipos de rocas y hasta "chismes" de los barrios que divisábamos desde arriba). Y ni les cuento como le sacamos el cuero a los que no fueron a la salida (chiste!!!).
3) No hubo hueco que se salvara de ser interpretado por la "Dra Campephilica" (Valeria) ni aves y nidos avistados por la futura Doctora otra "Campephilica" (Laura).
4) Voces diversas nos acompañaron durante el trayecto, la de cachañas, pitío, rayaditos, picolezna, chucao, y las nuestras por supuesto.
5) Pudimos observar remolinera (otro día le contamos la especie porque discutimos bastante), comesebo, las mascotas de Vale (carpitenteros) -menos mal que los vimos, no sea cosa que la hagan quedar mal-. También carroñeros como jotes, cóndores machos y un juvenil que se paseaba delante de nosotros como seduciéndonos a que lo fotografiáramos. Creo que Laura vio otras sp, ¿¿¿dormilonas???
6) Algo digno de mencionar es la apertura y predisposición permanente de nuestra conductora en responder todas las preguntas que le hacíamos; tanto aquellas importantes como las "bolupreguntas" (¿era así el término que usamos?). La verdad que Vale no se guarda nada y comparte todas sus vivencias y sabidurías de las aves del bosque. Esto me parece fundamental para las personas que actuamos de puente entre los investigadores y la comunidad. La gente está deseosa de conocer el lugar en dónde vive.
7) Por último les quiero contar un hecho que me conmovió: ¿a quién no le ha molestado alguna vez una basura o astilla en un ojo?. ¡¡¡Siempre joden!!!. Al regreso de la caminata en uno de mis ojos impactó una astilla de lenga procedente del picoteo de un carpintero macho, que le estaba dando duro a un tronco de dicho árbol. ¡¡¡La sensación fue buenísima!!!. Levanté mis manos y seguí recogiendo más astillas, las guardé en una bolsita transparente como un recurso para dar una clase de interpretación ambiental. Un capo total el carpintero. ¡¡¡Es la primera vez que un carpintero no me cobra un mango!!!
Realmente la salida estuvo súper productiva y sigamos repitiendo estas actividades.
Un abrazo para los que fueron y los que no pudieron ir también.
Silvana Alzogaray
PD: Si puede escribirme el físico del centro atómico (no recuerdo su nombre) ya que tengo que contarle algo acerca de un mineral de unas rocas que estuvimos miramos en la cumbre del cerro.
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