SÁBADO 9 DE JULIO DE 2011
Ni el fuerte viento ni la lluvia del día de hoy pudieron detenernos para hacer una salida de campo con el objetivo de observar aves en este invierno gris.
La ACTITUD fue la cualidad que prevaleció en el grupo durante toda la caminata, a pesar de las cenizas que tanto el viento como nuestros pies levantaban. Disfrutamos mirándolas y viéndolas cómo lograron tapizar el paisaje; las encontramos sobre el suelo y sobre el gran roquerío -producto de erupciones volcánicas pasadas-, también atrapadas entre las fracturas de las rocas y entrampadas entre hierbas y arbustos del ambiente estepario por el que transitamos.
La alfombra grisácea-blanquecina formada en el suelo por acción del Puyehue nos permitió interpretar parte de la fauna que andaba por el lugar. Sus huellas habían quedado en forma de improntas o bosteos, y esto no hizo detener varias veces a discutir si pertenecían a ciervos, zorros o chinchillones. Un individuo de estos últimos permaneció expectante escondido entre una grieta y nos miraba como interrogándonos ¿qué hace esta gente paseando en un día tan feo? Las cámaras fotográficas se activaron enseguida ante tan hermosa figura peluda.
Pero….¿vieron aves? Seguro que los lectores de esta nota se estarán preguntando. Ni bien partimos desde la estación del ferrocarril hasta el nacimiento del río Limay nos acompañaron Gaviotas Cocineras, Chimangos y Jotes de Cabeza Colorada. Luego fueron apareciendo bandadas de Camineras Coloradas, corridas de las altas cumbres por las adversidades climáticas, propias de esta estación fría. Un Gaucho Grande, tan solitario como siempre, se quedó perchando sobre un ciprés muerto mientras que una Caminera Común? por detrás pasaba volando sobre las rocas.
Una linda mateada nos regalamos refugiados entre las figuras rocosas. Luego la lluvia comenzó a mojarnos bastante y los cristales de nuestros binoculares quedaron empañados y salpicados por las gotas quienes no nos dejaban divisar a lo alto si era un Águila Mora o un Aguilucho Común. Las Codornices Californianas también estuvieron presentes avisándonos con sus voces y sonidos de sus aleteos.
Nos despidieron las Camineras Coloradas; estaban tratando de encontrar algo de comida sobre el piso ceniciento y se desplazaban delante nuestro a medida que avanzábamos hacia donde estaban los vehículos.
Fue una salida que todos disfrutamos y quedamos volver a vernos los primeros días de agosto. Tenemos la esperanza que la “patita” de Laura esté curada para que nos pueda acompañar.
José Giménez y Silvana Alzogaray
Coordinadores de la salida
La ACTITUD fue la cualidad que prevaleció en el grupo durante toda la caminata, a pesar de las cenizas que tanto el viento como nuestros pies levantaban. Disfrutamos mirándolas y viéndolas cómo lograron tapizar el paisaje; las encontramos sobre el suelo y sobre el gran roquerío -producto de erupciones volcánicas pasadas-, también atrapadas entre las fracturas de las rocas y entrampadas entre hierbas y arbustos del ambiente estepario por el que transitamos.
La alfombra grisácea-blanquecina formada en el suelo por acción del Puyehue nos permitió interpretar parte de la fauna que andaba por el lugar. Sus huellas habían quedado en forma de improntas o bosteos, y esto no hizo detener varias veces a discutir si pertenecían a ciervos, zorros o chinchillones. Un individuo de estos últimos permaneció expectante escondido entre una grieta y nos miraba como interrogándonos ¿qué hace esta gente paseando en un día tan feo? Las cámaras fotográficas se activaron enseguida ante tan hermosa figura peluda.
Pero….¿vieron aves? Seguro que los lectores de esta nota se estarán preguntando. Ni bien partimos desde la estación del ferrocarril hasta el nacimiento del río Limay nos acompañaron Gaviotas Cocineras, Chimangos y Jotes de Cabeza Colorada. Luego fueron apareciendo bandadas de Camineras Coloradas, corridas de las altas cumbres por las adversidades climáticas, propias de esta estación fría. Un Gaucho Grande, tan solitario como siempre, se quedó perchando sobre un ciprés muerto mientras que una Caminera Común? por detrás pasaba volando sobre las rocas.
Una linda mateada nos regalamos refugiados entre las figuras rocosas. Luego la lluvia comenzó a mojarnos bastante y los cristales de nuestros binoculares quedaron empañados y salpicados por las gotas quienes no nos dejaban divisar a lo alto si era un Águila Mora o un Aguilucho Común. Las Codornices Californianas también estuvieron presentes avisándonos con sus voces y sonidos de sus aleteos.
Nos despidieron las Camineras Coloradas; estaban tratando de encontrar algo de comida sobre el piso ceniciento y se desplazaban delante nuestro a medida que avanzábamos hacia donde estaban los vehículos.
Fue una salida que todos disfrutamos y quedamos volver a vernos los primeros días de agosto. Tenemos la esperanza que la “patita” de Laura esté curada para que nos pueda acompañar.
José Giménez y Silvana Alzogaray
Coordinadores de la salida
3 comentarios:
Muy linda salida a pesar del clima!!! Aunque los que vivimos en la zona estamos acostumbrados a las inclemencias climáticas y sabemos que, si nos sentamos a esperar un lindo día, no salimos nunca!! Jajaja
Muy buenas fotos!!!
Y quiero agradecer especialmente a todos y cada uno de los que me ayudaron a caminar con mi dolor de rodillas.... gracias!!!
Saludos a todos!!!!
Sin dudas se nota el espíritu del COA y las ganas que le han puesto! EXCELENTE CHICOS! Cariños, Clau!
Pasamos un linda tarde a pesar del viento, la ceniza y la lluvia. Espero ansiosa la próxima salida!!
Muchas gracias a todos!
Publicar un comentario